Cuando sufres un accidente y presentas un reclamo a la compañía de seguros, es probable que te encuentres con uno de sus ajustadores, cuya función es evaluar y gestionar tu reclamo. Lamentablemente, no todos los ajustadores son amigables ni comprensivos y, en ocasiones, pueden parecer desconsiderados y groseros.
Como parte afectada, es de gran ayuda si el ajustador muestra una actitud favorable hacia ti. No obstante, debes comprender que también son seres humanos y, en muchas ocasiones, carecen de capacitación en atención al cliente y resolución de conflictos. Además, están bajo una gran presión por parte de la compañía para cerrar el caso al menor costo posible. Por supuesto, las distintas personalidades de cada ajustador desempeñan un papel fundamental en cómo te tratan a ti y a tu caso.
Entonces, ¿cómo debes relacionarte con ellos?
Mantén la calma: Más allá de la frustración y el enojo, trata de no perder la compostura y responde de manera tranquila y segura.
Lleva un registro de toda interacción con el ajustador: Debe ser lo más detallado posible, incluyendo fechas, horarios y todos los contenidos de las conversaciones telefónicas o por correo.
Pide hablar con un supervisor si consideras que la actitud del ajustador es inaceptable: Explica tus preocupaciones y las situaciones que no te han gustado del ajustador y trabaja con él o ella para resolverlas.
Consulta a un abogado de lesiones personales: Así evitarás evitar situaciones incómodas y protegerás tus derechos.
Si estás luchando por obtener una compensación justa, un equipo legal experto en el área será tu mejor aliado para encargarse de toda la comunicación con la aseguradora y manejar tu caso. Además, podrá asesorarte y guiarte en todo el proceso burocrático al que te enfrentarás en tu demanda y luchará con un conocimiento profundo de las leyes de seguros para que se haga justicia en tu caso y obtengas la compensación que merecen tus daños y lesiones.