Si has sufrido cualquier tipo de lesión mereces una indemnización justa y completa que se adapte a la gravedad de tu situación. Desafortunadamente, muchas aseguradoras intentan aprovecharse de que la mayoría de las personas desconocen el valor real de su reclamo e intentan rebajar el monto de indemnización que deben pagar. Ni tú ni tus seres queridos tienen que aceptar ofertas bajas, y nunca deben conformarse con la primera oferta que les haga una aseguradora.
Una indemnización obtenida mediante una demanda por lesiones personales tiene el objetivo de reparar los daños incurridos en el demandante, lo que significa que tu compensación debería, en principio, situarte en un punto lo más cercano posible a tu situación previa al accidente. Con esto en mente, una indemnización por daños personales debe dar cuenta de daños económicos y emocionales.
Con el fin de reducir tu monto de compensación, el ajustador de una aseguradora puede decirte que solo tienen que cubrir una parte de tu tratamiento, o que no debe cubrir pérdidas monetarias relacionadas, por ejemplo, a los días de vacaciones que tengas que usar para tus visitas médicas. Estas son algunas de las tácticas deshonestas que un ajustador puede intentar utilizar para encubrir el hecho de que son 100% responsables por los daños que hayas sufrido en un accidente.
Sólo tienes una oportunidad para negociar y obtener una indemnización justa. Durante este proceso, es importante que mantengas la calma y sigas los siguientes consejos:
- Revisa la póliza: Repasa las condiciones de la póliza que estás reclamando y asegúrate de que el ajustador no omita ni cambie nada que debería estar cubierto.
- Pregúntale las razones por las que te ofrecen un monto, qué daños incluye y excluye y la razón para estas decisiones.
- Ten siempre pruebas a la mano: Además de facturas, recibos y presupuestos (que el perito ya debería tener), considera tener a la mano radiografías, fotografías del lugar del incidente y, de disponer de estas, declaraciones de responsabilidad del causante de tus daños.
- Negocia tu primera oferta: es crucial que no te limites a rechazar formalmente una oferta baja, pues esto da a la aseguradora lugar para no compensarte en lo absoluto. En lugar de esto, envía una contraoferta por escrito, respaldada con documentación lo más detallada posible de tus daños.