Sol, viento, mar. El Estado Dorado de California es ideal para los carros con techos corredizos, y poco a poco van ganando popularidad entre los conductores. Como en toda “novedad”, surgen mitos y conceptos erróneos sobre su seguridad. En esta nota te contaremos cuáles son verdad y cuáles no, para que puedas tomar una decisión informada a la hora de cambiar tu automóvil y elegir esta funcionalidad.
Mito 1: “Los Techos Corredizos Se Rompen al Chocar”
Es comprensible esta preocupación, ya que puede parecer inseguro al no formar parte de la carrocería dura del automóvil. Para reducir las posibilidades de rotura, la mayoría de los diseños actuales cuentan con un vidrio laminado, similar al parabrisas, para lograr una mayor protección ante choques y golpes, lo que los hace más resistentes.
Mito 2: “Los Techos Corredizos Aumentan el Riesgo de Volcar”
Una instalación adecuada no afecta la navegación ni aumenta el riesgo de volcamiento. Hoy en día, todos los vehículos son sometidos a pruebas de seguridad muy rigurosas para asegurar la máxima seguridad, más allá de la existencia de un techo corredizo o no.
Mito 3: “Los Techos Corredizos Son Propensos a Fugas y Goteras”
Para que esto no suceda, es esencial el buen mantenimiento y revisar regularmente el estado de los sellos para prevenir problemas. Pero debido al gran avance de la tecnología, el proceso de sellamiento es muy seguro y evita este tipo de inconvenientes.
Mito 4: “Con un Techo Corredizo Se Está Más Expuesto a Daños Solares y Accidentes”
Sí, la exposición solar es mayor con un techo corredizo abierto, pero esto no está relacionado con el riesgo de accidentes. Recuerda que la mayor causa de accidentes es la distracción al volante.
Ahora que sabes más sobre la seguridad de este tipo de automóviles, puedes decidir si disfrutar del calor del sol al conducir o prefieres un automóvil tradicional. La decisión es tuya.